Otosclerosis

El acúfeno como síntoma de otoesclerosis

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El acúfeno es un síntoma común en pacientes con otoesclerosis. No hay suficientes estudios sobre los resultados obtenidos con la cirugía de la otoesclerosis en relación al acúfeno. Generalmente, el cirujano ignora la existencia de un acúfeno pre-operatorio, centrándose únicamente en la restauración de la audición y el cierre del GAP aéreoóseo en menos del 10%.

Aunque la cirugía de la otoesclerosis es un procedimiento común y exitoso en buenas manos, en alrededor del 95% de los pacientes intervenidos, no es una rareza encontrar casos en los que la cirugía ha fracasado, con el resultado de un daño coclear. Muchos de éstos, además de una cofosis, pueden desarrollar un acúfeno.

Gersdorff y cols. estudiaron la evolución del acúfeno después de la cirugía en 50 pacientes con otoesclerosis y acúfeno. El acúfeno desapareció en el 64% de los casos, mejoró en un 16%, no se alteró en el 14%, y se agravó en el 6% de los pacientes. La disminución del acúfeno, fue más favorable tras la realización de estapedotomía que después de una estapedectomía parcial posterior.

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Ayache y cols. determinaron que el acúfeno estaba presente en el momento de la cirugía en el 74% de los 62 pacientes a los que intervinieron de otoesclerosis y éste era incapacitante en el 24,6% de los casos. En los pacientes sin acúfenos antes de la cirugía, no se documentó su aparición durante el período postoperatorio evaluado (6 meses). En los pacientes con acúfeno pre-operatorio, desapareció en el 55,9%, disminuyó en el 32,4%, se mantuvo invariable en un 8,8%, y aumentó en 2,9%, tras 6 meses de seguimiento.

El análisis estadístico no reveló ningún factor pronóstico importante en la relación cirugía-evolución del acúfeno. También, se ha tratado de evaluar la influencia de la cirugía sobre el grado de molestias causadas por el acúfeno grave incapacitante, capaz de alterar la vida cotidiana y el desempeño de las tareas diarias, cuantificándose su intensidad mediante una escala analógica visual de medición del acúfeno, antes y después de la cirugía del estribo

[Oliveira C, 2007]. En este estudio el 52.6% de los pacientes informaron la remisión completa del acúfeno y el 36.8% indicaron una mejoría significativa, mientras que el 10.5% de los pacientes no notaron cambios y ninguno informó de un empeoramiento después de la cirugía.

En consecuencia, la cirugía puede mejorar significativamente el acúfeno grave incapacitante en el 90% de los pacientes con otoesclerosis y se demuestra que es muy poco probable que los síntomas empeoren[Oliveira C, 2007]. Los pacientes que se someten a cirugía estapedial para mejorar la audición, también pueden mejorar sustancialmente su acúfeno.

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Aún, algunos otorrinolaringólogos continúan contraindicando la cirugía funcional (estapedectomía, estapedotomía) por la existencia de un acúfeno grave y algunos pacientes se han negado a ser intervenidos por el temor del empeoramiento del mismo, debido al manejo inexacto de la información científica existente.

Todo lo que mejore o facilite la entrada periférica de sonidos en el sistema auditivo, ayuda a reducir la percepción y las molestias que ocasiona el acúfeno. Por tanto, la presencia de un acúfeno, no debe ser la causa de denegación de la cirugía [Causse J.B. y cols., 1985] y estos pacientes pueden beneficiarse de una mejora de la audición periférica mediante la utilización eficaz de audífonos o con la cirugía estapedial.

Se ha demostrado que el uso del audífonos ofrece dos ventajas:

1 – Hace que el paciente sea menos conscientes de su acúfeno, e incluso lo enmascara.

2 – Mejora la comunicación y reduce la sensación de que los sonidos y las voces son enmascarados por el acúfeno.

Fuente: Ponencia Oficial XXIV Congreso de la Sociedad Andaluza de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial, Acúfenos como señal de malestar