El Tinnitus, identificado también como acúfeno o zumbido en los oídos, impacta a alrededor de un 30% de los adultos que han alcanzado los 65 años de edad. – Imagen de Freepik.
Esta afección puede manifestarse como resultado de una pérdida de audición vinculada al envejecimiento o como consecuencia de un incidente traumático, según detalla un artículo originariamente compartido en la plataforma de información médica NEWS MEDICAL.
En ambas circunstancias, el persistente sonido resultante del tinnitus crea una experiencia perturbadora en la vida diaria de las personas afectadas. Aunque algunos pacientes logran adaptarse a la condición, muchos otros se ven obligados a restringir sus actividades cotidianas como una respuesta directa a los síntomas.
Un reciente estudio ha desvelado que las personas menos preocupadas por su tinnitus emplean diferentes regiones cerebrales en el procesamiento de la información emocional.
«Estamos enfocados en comprender cómo el cerebro se adapta a vivir con tinnitus a largo plazo», expresó Fátima Husain, profesora de la Universidad de Illinois, especializada en habla, audición, ciencia y neurociencia, quien lideró la investigación junto al kinesiólogo y profesor de salud comunitaria Edward McAuley, así como los estudiantes de postgrado de neurociencia Jake Carpintero-Thompson y Sara Schmidt.
Husain también está asociada con el Instituto Beckman de Ciencia y Tecnología Avanzada. Carpintero-Thompson es el autor principal del artículo, recientemente publicado en la revista PLoS ONE.
La investigación liderada por Husain utiliza imágenes de resonancia magnética funcional, una herramienta de imagen que permite a los investigadores observar los cambios en los niveles de oxígeno en la sangre en el cerebro durante la actividad.
Empleando la resonancia magnética funcional, el equipo de Husain previamente comparó cómo el cerebro procesa las emociones en pacientes con tinnitus leve en comparación con personas sin tinnitus. Mientras estaban dentro del escáner, los participantes del estudio escucharon y evaluaron sonidos agradables, desagradables y neutrales (por ejemplo, risas de niños, llanto de bebés y murmullos de personas en el fondo).
Los investigadores informaron que, en contraste con aquellos sin tinnitus, los pacientes con tinnitus leve mostraron una mayor activación en diversas áreas del cerebro al procesar los sonidos emocionales. Para profundizar en esta alteración de la activación cerebral, Husain realizó un nuevo estudio de resonancia magnética funcional para examinar si existían diferencias entre los pacientes con tinnitus.
Dado que algunos pacientes se adaptan al zumbido en los oídos mientras que otros no lo hacen, la gravedad de la condición puede variar significativamente. El equipo de Husain evaluó la severidad del tinnitus y la angustia asociada mediante encuestas y cuestionarios que abordaron aspectos como la audición, la atención, la emoción y el sueño.
Los pacientes que experimentan menor angustia debido al tinnitus parecen emplear una vía diferente para procesar la información emocional. Sorprendentemente, esta vía no se basa en la amígdala, una región comúnmente asociada con el procesamiento emocional en el cerebro. En cambio, aquellos que se han adaptado a los síntomas de tinnitus tienden a activar más el lóbulo frontal del cerebro, una región crítica para la atención, la planificación y el control de los impulsos.
Los investigadores sugieren que esta mayor activación del lóbulo frontal podría contribuir a controlar las respuestas emocionales y reducir la angustia asociada al tinnitus. Además, otro objetivo de la investigación liderada por Husain fue explorar posibles intervenciones para ayudar a los pacientes a mitigar la angustia relacionada con el tinnitus.
El estudio señala que la actividad física puede influir en el procesamiento de las emociones y contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por el tinnitus. Fátima Husain tiene la intención de llevar a cabo más investigaciones en esta área.
Fuente: news-medical.net