Científicos japoneses buscan vías para la regeneración de la cóclea

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Regeneración coclear, dos ensayos avalan la terapia de la sordera súbita con IGF-1, reparar sólo una parte en vez de la célula en sí resulta más sencillo. La pérdida auditiva neurosensorial cuenta con escasas opciones terapéuticas. Uno de los principales obstáculos para la reparación de este tipo de hipoacusia es que las células de la cóclea no tienen capacidad de autorrenovación, según refiere este artículo publicado originalmente por Diario medico.

Lograr la regeneración de las células ciliadas y de las neuronas auditivas es la meta a la que aspiran científicos como Takayuki Nakagawa, del Departamento de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello de la Facultad de Medicina de la Universidad de Kyoto (Japón).

El grupo de Nakagawa ha dedicado veinte años a este propósito, pero él sitúa el punto de partida de esta línea de investigación hace tres décadas, cuando un grupo de expertos de Estados Unidos descubrió que en los pájaros se producen regeneración de las células ciliadas.

“A partir de entonces se empezó a estudiar esa posibilidad en mamíferos. Puede ocurrir en situaciones muy específicas, pero la inducción de esta regeneración es todavía muy complicada”. Considera que en los últimos tiempos ha habido un cambio de estrategia que ha proporcionado un nuevo impulso.

Se ha tomado conciencia de que la hipoacusia no sólo se produce por la pérdida de la célula ciliada completa, sino también por “la degeneración de ciertos componentes celulares, como las sinapsis o los estereocilios, que pueden convertirse en dianas terapéuticas”. Esta regeneración resulta más fácil que la de la célula ciliada o la neurona en sí.

Cerca del 70 por ciento de los pacientes tratados con la proteína mostraron una recuperación de la audición, frente a algo más del 50 por ciento en el grupo de control

Respuesta a la terapia

En esa búsqueda de opciones terapéuticas hay un agente especialmente prometedor: el factor de crecimiento similar a la insulina de tipo 1 (IGF-1), que se ha revelado de suma importancia en el desarrollo del oído interno y en el mantenimiento de las células ciliadas de la cóclea.

Takayuki ha presentado en un simposio sobre IGF-1 organizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad Autónoma de Madrid y el Instituto de Investigación del Hospital La Paz los resultados de los dos ensayos clínicos que ha llevado a cabo con esta proteína.

En el primero se empleó para tratar la sordera súbita en 25 pacientes que no habían mostrado respuesta a la terapia convencional, basada en la aplicación sistémica de corticosteroides.

“Les aplicamos IGF-1 y descubrimos que la mitad de ellos mostraban una recuperación de la audición”. El segundo ha sido un ensayo aleatorio y controlado, utilizando como control una inyección intratimpánica de esteroides. En este estudio, “cerca del 70 por ciento de los 60 pacientes tratados con IGF-1 experimentaron una recuperación de la audición”, frente a poco más del 50 por ciento en los individuos que conformaban el grupo de control.

Los investigadores japoneses están preparando un tercer ensayo clínico para conseguir que las autoridades niponas aprueben este tratamiento de la sordera súbita. Paralelamente, prosiguen con la investigación básica para probar la eficacia de IGF-1 -u otras moléculas asociadas- como tratamiento de la pérdida auditiva asociada al envejecimiento, o presbiacusia.

Esta proteína presenta varias ventajas en comparación con otras opciones. Mientras que siguen sin conocerse con exactitud los mecanismos de acción de los esteroides en la cóclea, apenas hay secretos en torno al efecto de IGF-1. “Hemos estudiado en animales cómo funciona en la cóclea y hemos avanzado hacia los ensayos clínicos”. Por otro lado, Takayuki subraya que IGF-1 es una proteína que ya se encuentra en el organismo. “Cuando la aplicamos en el oído interno, se trata de un mero incremento.

Promueve un efecto fisiológico”. Sin embargo, hay un aspecto que el científico quiere mejorar: la vía de administración. “Ahora tenemos que hacer una pequeña incisión en la membrana timpánica con un bisturí para poner una pequeña cantidad de gel en el oído medio”. El tratamiento resultará más cómodo cuando se pueda inyectar directamente.

Las células iPS, fuente de neuronas auditivas

El equipo de Takayuki también estudia la utilidad de células madre de pluripotencialidad inducida (iPS). Han generado neuronas derivadas de iPS humanas y han desarrollado una estrategia para que sobrevivan una vez trasplantadas en el oído. “Las neuronas son muy débiles y soportan mal los tratamientos quirúrgicos. Por eso, hemos preparado una especie de esponja de colágeno en la que las cultivamos.

A continuación, cogemos esa esponja y la trasplantamos en el oído del animal”. Con este método han conseguido cierta regeneración de las neuronas auditivas en cobayas.

Vía: Diario medico