Un estudio realizado por la Escuela Universitaria de Medicina, Ciencia y Salud de Oregón, en Estados Unidos, ha revelado que los pacientes sometidos a tratamientos con antibióticos aminoglucósidos enfrentan un riesgo significativo de desarrollar pérdida de audición. – Imagen de Freepik.
Este peligro se intensifica en casos de infecciones bacterianas inflamatorias, donde la administración de estos antibióticos puede resultar perjudicial para las células sensoriales del oído interno encargadas de percibir el sonido y el movimiento.
El estudio, que se llevó a cabo utilizando ratones como modelo, demostró que incluso una pequeña dosis de aminoglucósidos causó cierto grado de pérdida auditiva en ratones sanos.
Sin embargo, aquellos que experimentaron procesos inflamatorios presentaron una pérdida de audición mucho más pronunciada.
El profesor Peter S. Steyger, investigador principal del estudio, enfatiza que la inflamación asociada a las infecciones bacterianas aumenta la absorción del medicamento, acelerando la pérdida de audición en comparación con individuos sin inflamación.
Este hallazgo plantea una seria preocupación para los bebés prematuros en unidades de cuidados neonatales, ya que son especialmente propensos a infecciones y, por ende, al tratamiento con antibióticos aminoglucósidos.
La pérdida de audición en la infancia puede tener consecuencias a largo plazo en el desarrollo educativo, psicológico y profesional de los niños, según advierte Steyger.
Con el objetivo de mejorar los protocolos de salud, los autores del estudio instan a los médicos a considerar alternativas de antibióticos que no comprometan la capacidad auditiva al tratar infecciones graves.
Subrayan la importancia de actuar con rapidez para proporcionar opciones clínicas efectivas que no solo salven vidas, sino también preserven la salud auditiva de los pacientes.
Este llamado busca sentar las bases para mejorar los estándares de atención médica en relación con la prescripción de antibióticos aminoglucósidos y proteger así la calidad de vida de los pacientes afectados.
Vía: hear-it, Fuente: medicaldaily y examiner