La pérdida auditiva afecta a millones de personas en todo el mundo, desde los efectos del envejecimiento hasta daños provocados por ruidos fuertes o ciertos medicamentos. A pesar de la magnitud del problema, las opciones de tratamiento farmacológico siguen siendo limitadas. – (Image by freepik).
Sin embargo, un descubrimiento reciente podría cambiar el panorama de la medicina auditiva. Investigadores del Centro de Investigación de Bioseñales de la Universidad de Kobe y la Universidad de Medicina de la Prefectura de Kioto han identificado al superóxido, un tipo de especie reactiva del oxígeno, como un culpable clave en la pérdida auditiva adquirida.
Este avance no solo proporciona una mayor comprensión de cómo se desarrolla la pérdida auditiva, sino que también abre la puerta al desarrollo de tratamientos farmacológicos innovadores.
El superóxido: una causa invisible de la pérdida auditiva
El superóxido es una especie reactiva de oxígeno que se produce en nuestro cuerpo de manera natural, pero cuando se genera en exceso, puede tener efectos perjudiciales. En el caso de la pérdida auditiva, el superóxido es producido en el oído interno por una enzima llamada NADPH oxidasa 3 (Nox3). Lo novedoso de esta investigación es que se identificaron las células específicas de la cóclea (una parte crucial del oído interno) que expresan Nox3, lo que revela su relación directa con la pérdida auditiva.
A través del uso de ratones genéticamente modificados, los científicos descubrieron que estas células productoras de superóxido aumentan en respuesta a tres factores principales: el envejecimiento, la exposición al ruido y el uso de fármacos ototóxicos (como ciertos antibióticos y medicamentos contra el cáncer). Estos tres factores han sido conocidos durante mucho tiempo como causantes de la pérdida auditiva, pero esta es la primera vez que se conecta el papel del superóxido en ese proceso.
Tipos de pérdida auditiva: una lucha contra múltiples frentes
La pérdida auditiva neurosensorial es el tipo más común de deterioro auditivo. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 5% de la población mundial padece algún tipo de deterioro auditivo. La pérdida auditiva relacionada con la edad afecta a entre el 25% y el 40% de los adultos mayores de 65 años. Sin embargo, no solo los ancianos sufren de este mal: los jóvenes también están en riesgo. Según la OMS, el 50% de los jóvenes de entre 12 y 35 años están expuestos a niveles de ruido que podrían inducir pérdida auditiva en el futuro debido al uso excesivo de dispositivos como smartphones y reproductores de música.
Además del envejecimiento y el ruido, la pérdida auditiva inducida por fármacos es otro problema creciente. Medicamentos como los antibióticos, los tratamientos contra el cáncer, los diuréticos y los antiinflamatorios pueden tener efectos secundarios que incluyen la pérdida auditiva. La exposición prolongada a estos fármacos ototóxicos provoca la muerte de las células del oído interno, lo que puede llevar a una pérdida auditiva irreversible.
Nuevas esperanzas: la supresión del superóxido para prevenir la pérdida auditiva
El estudio realizado en ratones modificados genéticamente sin expresión de Nox3 reveló que era posible suprimir la pérdida auditiva relacionada con el envejecimiento, el ruido y los fármacos. En estos ratones, al no producir superóxido, las células auditivas no sufrieron el daño que normalmente las llevaría a la muerte celular. Este hallazgo abre una nueva vía para el desarrollo de tratamientos farmacológicos enfocados en inhibir la producción de superóxido o reducir su impacto en el oído interno.
Modelos genéticos y descubrimientos clave
Los investigadores desarrollaron un ratón modificado genéticamente llamado Nox3-Cre;tdTomato, en el que las células que expresan Nox3 emiten una proteína fluorescente roja. Esto permitió rastrear las células responsables de la producción de superóxido en la cóclea, identificando a las células pilosas, las células de soporte y las neuronas ganglionares espirales como las principales productoras de Nox3.
Además, utilizando otro modelo de ratón, el Nox3-KO (ratones sin la capacidad de expresar Nox3), los investigadores observaron que la pérdida de audición relacionada con la edad, el ruido y los fármacos era notablemente menor en comparación con ratones no modificados. Esto confirmó el papel fundamental de Nox3 y del superóxido en la muerte de las células pilosas externas, que son esenciales para la audición.
¿Qué sigue? El futuro de los tratamientos para la pérdida auditiva
El descubrimiento de Nox3 como el origen del superóxido responsable de la pérdida auditiva adquirida ha dado un paso crucial hacia el desarrollo de un tratamiento farmacológico para esta condición. Los investigadores sugieren que, al inhibir la actividad de Nox3, es posible prevenir la pérdida de audición antes de que ocurra.
Actualmente, no existe un tratamiento farmacológico efectivo para la pérdida auditiva adquirida, lo que convierte a este descubrimiento en un hito potencialmente transformador. Si se desarrolla un inhibidor de Nox3, podría ser el primer tratamiento de este tipo en el mundo. Además, dado que Nox3 se expresa casi exclusivamente en el oído interno, es probable que los efectos secundarios de un tratamiento de este tipo sean mínimos, lo que lo hace aún más prometedor.
Conclusión
El descubrimiento de la relación entre el superóxido producido por Nox3 y la pérdida auditiva adquirida representa un avance significativo en la investigación auditiva. A medida que la población envejece y la exposición al ruido y a medicamentos ototóxicos aumenta, el desarrollo de tratamientos efectivos es más urgente que nunca. Este estudio abre la puerta a una nueva era en la que la pérdida auditiva podría ser prevenida a través de intervenciones farmacológicas, mejorando la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo.
Artículo publicado originalmente en Medical Xpress