Los vértigos son uno de los problemas más comunes asociados al equilibrio. ¿Qué hay detrás de ellos?. – Foto de cookie_studio – www.freepik.es.
Se trata de una sensación ficticia de que los objetos dan vueltas a nuestro alrededor o de que el suelo se desplaza. Se diferencia del mareo en que este es solo una sensación de inestabilidad interior, que se suele acompañara de sudación fría, palidez, sensación de malestar y náuseas. Los vértigos pueden durar minutos u horas, por otra parte.
El vértigo hace referencia siempre a una alteración del sistema vestibular (alojado en el oído interno y cuyo centro neurológico está en el tronco del encéfalo), mientras que el mareo es un trastorno del equilibrio no siempre relacionado con éste”, explica el doctor Nicolás Pérez Fernández de la Clínica Universitaria de Navarra.
Puede deberse a diferentes motivos. Principalmente, a un fallo del sistema de equilibrio, que se aloja en el oído interno. Suele estar provocado por un daño en el reflejo vestíbulo-ocular, que es el responsable de estabilizar las imágenes en la retina cuando giramos la cabeza para así mantenerla de forma nítida.
También puede relacionarse con la tensión arterial elevada, infecciones de oído, cardiopatías, traumatismo craneal…Pueden clasificarse de diferentes formas. “Una de ellas se basa en dónde se localiza el problema que lo causa. Así, pueden establecerse en periféricos y centrales”, dice el doctor.
– Los vértigos periféricos está provocado por un problema en el laberinto (oído interno) y el nervio vestibular (que lleva la información del equilibrio desde el oído interno al cerebro). Son los más frecuentes. Suelen acompañarse con pérdida de audición, zumbidos y dolor en el oído.
– Los vértigos centrales se vinculan a “alteraciones de los mecanismos neurológicos del propio sistema vestibular”. En estos casos aparecen dificultades de la marcha y postura con inestabilidad muy llamativa, visión doble, problemas para la deglución, cefalea intensa, etc.
Vía: miarevista