Según un nuevo estudio, los potenciales de acción recientemente descubiertos en las neuronas dendríticas neuronales amplifican de forma única el poder computacional del cerebro humano. Los resultados proporcionan información crítica sobre los circuitos fisiológicos que sustentan el comportamiento de la red cortical, según un artículo revisado por Kate Anderton, B.Sc., y publicado por la web de información médica NEWS MEDIAL, en su portal oficial www.news-medical.net. – Foto captura de internet.
Si bien se entiende ampliamente que las propiedades eléctricas activas de las dendritas juegan un papel crítico en la señalización neuronal y son fundamentales para la función cerebral, gran parte de lo que se sabe sobre las dendritas activas se ha extraído del cerebro de los roedores.
Sin embargo, a diferencia de los cerebros de roedores, las capas corticales del cerebro humano son gruesas, particularmente las capas 2 y 3 (L2 / 3), que contiene numerosas neuronas con árboles dendríticos grandes y elaborados.
Estudios recientes han demostrado un programa de desarrollo que impulsa el engrosamiento desproporcionado de L2 / 3, una característica única que puede ser fundamental para lo que nos hace humanos. Albert Gidon y sus colegas utilizaron una pinza de parche somato-dendrítica e imágenes de dos fotones para sondear directamente las propiedades activas de las dendritas L2 / 3 en cortes de tejido cerebral humano.
La investigación reveló varias propiedades eléctricas no identificadas previamente exclusivas de las neuronas L2 / 3 desconocidas en todas las demás neuronas estudiadas hasta la fecha. Gidon y col. También identificó una nueva clase de potenciales de acción del calcio dendrítico (dCaAP).
Según los autores, los hallazgos hacen que la actividad de las dendritas L2 / 3 sea mucho más compleja de lo que se pensaba. Al modelar sus propiedades, los autores demuestran la capacidad de las neuronas individuales para resolver problemas computacionales que anteriormente se pensaba que requerían redes neuronales de múltiples capas.
Vía: News-medical – Fuente: Asociación Americana para el Avance de la Ciencia