Una exposición continuada a sonidos de elevada intensidad puede causar desde una pérdida progresiva de audición a trastornos como vértigo, insomnio o cefaleas. Protege tus oídos con los consejos de los expertos. – Foto por Wendy Wei de Pexels.
La exposición continuada a ruidos de elevada intensidad puede dañar el oído y provocar una progresiva pérdida de audición, según han alertado expertos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), en el marco del Día Internacional del Cuidado del Oído y la Audición, cuyo lema este año es Sin ruido, sin riesgo, y que tiene como objetivo concienciar a la población de los riesgos que conlleva la contaminación acústica que provocan el tráfico rodado y aéreo, o escuchar música a todo volumen en algunos establecimientos o a través de auriculares, entre otros factores.
Además de la pérdida de audición, la exposición continuada al ruido excesivo puede causar acúfenos o tinnitus, que se caracterizan por la molesta sensación de pitidos o zumbidos en los oídos de origen desconocido. La SEORL estima que un tercio de la población mundial y el 75% de los residentes en ciudades industrializadas sufren algún grado de hipoacusia o pérdida auditiva provocada por la exposición a sonidos intensos.
Como ha explicado la Dra. Mª José Lavilla, presidenta de la Comisión de Audiología de la SEORL-CCC, el daño producido por el ruido se acumula en la cóclea, y esto conduce a una pérdida de audición progresiva, que en los jóvenes puede pasar desapercibida. Por ello, la especialista añade que cuanto más tiempo nos expongamos a ruidos que sobrepasen los umbrales recomendados, más probabilidades tendremos de padecer un déficit auditivo.
Además, otro problema que también puede aparecer a causa del ruido excesivo son los acúfenos o tinnitus, que se caracterizan por la molesta sensación de pitidos o zumbidos en los oídos de origen desconocido. De hecho, una investigación realizada en Estados Unidos, que se publicó recientemente en American Journal of Industrial Medicine, reveló que en los trabajadores expuestos al ruido hay una mayor prevalencia de problemas auditivos y acúfenos.
Otros trastornos asociados a los sonidos intensos son fatiga auditiva, vértigo, hiperacusia (mayor sensibilidad al ruido ambiental), insomnio, cefaleas, y dificultades de atención y memoria.
Consejos para prevenir el daño auditivo por ruido
Para prevenir el daño que puede causarnos el ruido excesivo continuado, los especialistas de la Comisión de Audiología de la SEORL-CCC han elaborado un Decálogo de Cuidados del Oído:
➢Evitar los sonidos intensos (petardos, música a más de 110 decibelios).
➢Utilizar protectores auditivos siempre que sea necesario exponerse a un ruido intenso y continuado, como es el caso de ciertos trabajadores.
➢Consultar al especialista si aparece dolor, taponamiento, inflamación, secreciones o zumbidos, si se aprecia una pérdida de audición aunque sea mínima,
➢Realizarse revisiones de oído periódicamente, especialmente si se presentan factores de riesgo y a partir de los 50 años.
➢Limpiar únicamente la zona exterior del oído, y no introducir bastoncillos ni otros objetos.
➢Adoptar precauciones para evitar golpes durante la práctica de deportes de contacto u otras actividades, y acudir al médico si se sufre un golpe o traumatismo.
➢No automedicarse, porque algunos fármacos pueden ser dañinos para los oídos.
➢Prestar mucha atención a las otitis infantiles, ya que pueden ser recurrentes y precisar tratamiento, incluso aunque no haya síntomas como dolor o secreción.
➢Utilizar solo productos indicados para el oído y bajo consejo médico, y no emplear soluciones salinas o aceites.
➢Prevenir infecciones cuando nos bañemos en piscinas, pantanos, el mar, etcétera, cumpliendo normas de higiene antes y después del baño, y consultando con el especialista la necesidad de utilizar tapones.
Fuente: Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC)