En la terapia hiperbárica, el paciente es expuesto a un incremento de la presión del entorno mientras respira oxigeno puro.
Así se aumenta la concentración de oxigeno en la sangre, un fenómeno que ayuda a curar ciertas enfermedades.
Por ejemplo:
- el tinnitus,
- las heridas persistentes,
- las úlceras,
- las infecciones óseas como la osteítis del maxilar inferior,
- los daños por radiación,
- los trasplantes de piel,
- los implantes y las quemaduras.
Vía: dw.com