Consiste en estimular con música a la que se le ha eliminado la zona de frecuencia correspondiente al acúfeno predominante. Es decir, la fuente sonora carece de las frecuencias correspondientes al acúfeno. De esta manera, la estimulación sonora con muesca activaría todas las frecuencias del espectro auditivo, excepto la frecuencia correspondiente al acúfeno, según se explica en el libro «Acúfeno como señal de malestar». – Imagen de iTICS Guatemala en Pixabay.
Este mecanismo de acción es la base de la inhibición lateral y la habituación del córtex auditivo. Este efecto de inhibición lateral en estructuras auditivas no primarias es significativamente más fuerte que el correspondiente al efecto de habituación.
El componente mayor de los campos evocados auditivos transitorios lentos (N1) mide el efecto de inhibición lateral de las áreas auditivas no primarias, mientras que los campos de estado-estable de 40 Hz miden la activación del córtex auditivo primario.
La evidencia indica que la inhibición mediada por conexiones laterales es más fuerte que la habituación de las neuronas excitatorias en el córtex auditivo no primario. Esto demuestra que el procesamiento jerárquico del córtex auditivo humano tiene diferente conducta en relación con la inhibición lateral y la habituación en las estructuras corticales auditivas primarias y no primarias.
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La actividad neural del córtex auditivo puede ser significativamente atenuada por procesos de inhibición lateral originados en neuronas adyacentes y que la intensidad de los acúfenos puede disminuir significativamente (alrededor del 25%) por la escucha pasiva de música con muesca personalizada (que no contiene energía en el rango de frecuencia del acúfeno), de bajo impacto (menos de 2 horas), a largo plazo (12 meses) y realizado regularmente (diariamente).
También se están estudiando otras alternativas como la aplicación de música con muesca (notched music) de manera masiva (seis horas al día), con atención durante la escucha (tareas) y a corto plazo (semanas). La realización de manera práctica de este tratamiento sonoro comienza cuando el paciente (una vez estudiado) trae su música preferida. A la música del paciente se le elimina la frecuencia de su acúfeno predominante mediante un programa de sonido convencional.
El paciente escucha su música con muesca diariamente durante un período de tiempo. El tratamiento es agradable porque el paciente escucha la música que le gusta. No hay problemas de “copyright” porque la música es del paciente. Es un tratamiento sin esfuerzo al ser pasivo. No es invasivo y no tiene efectos secundarios.
Fuente: Acúfeno como señal de malestar