Ingenieros e investigadores del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) han desarrollado una terapia acústica innovadora destinada al tratamiento del tinnitus, una condición neurológica que se manifiesta con la percepción constante de sonidos, no atribuibles a factores externos, y que varían en intensidad.
Luz María Alonso Valerdi, especialista en ingeniería neuroacústica, y David Ibarra, ingeniero en acústica, ambos investigadores del campus Monterrey del ITESM, han diseñado esta terapia con el objetivo de proporcionar ayuda a quienes padecen esta enfermedad, también conocida como acúfeno.
El acúfeno se caracteriza por la percepción de un sonido inexistente en el entorno, y aunque es común experimentar episodios momentáneos de un zumbido agudo a lo largo de la vida, la verdadera dificultad surge cuando el sonido se vuelve permanente, exacerbándose con el estrés y cambios emocionales bruscos, según explicó la experta.
Estos investigadores, en colaboración con estudiantes del ITESM y colegas de universidades extranjeras, iniciaron un estudio que ya se está implementando en pacientes del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) en la Ciudad de México. Luz María Alonso señaló que han trabajado con 60 personas, quienes son derivadas a la terapia acústica cuando otras intervenciones médicas no han tenido éxito.
La terapia acústica implica la exposición de los pacientes a sonidos abstractos diseñados sintéticamente, con el objetivo de remodelar la comunicación entre las neuronas. Dada su versatilidad, ya que puede descargarse en cualquier reproductor de música, esta terapia no implica costos adicionales y no requiere que el paciente le dedique atención exclusiva, permitiéndole realizar otras actividades mientras la lleva a cabo.
El enfoque del proyecto va más allá de proporcionar una alternativa terapéutica, ya que busca evaluar la eficacia individual de la terapia, reconociendo la diversidad de la percepción del sonido en cada persona. En este momento, se está aplicando una terapia genérica a todos los pacientes, la cual ha sido previamente probada en otros trastornos durante una hora diaria a lo largo de dos meses.
Los ingenieros recopilan datos para analizar el comportamiento eléctrico de la corteza cerebral, dado que el acúfeno es una afección neuronal, no una deficiencia auditiva. La terapia acústica aborda esta deficiencia mientras los investigadores monitorean constantemente. El objetivo es establecer una metodología específica para que los médicos identifiquen, a través de características específicas, a los pacientes con mayores probabilidades de éxito con la terapia.
Además de ser una posible solución para el tinnitus, los expertos también investigan posibles daños a la memoria auditiva del cerebro, ya que se ha observado que esta enfermedad puede afectarla, causando que los afectados tarden en identificar sonidos cotidianos, como el claxon de un automóvil o el timbre de un microondas.
Vía: excelsior.com.mx