El estrés puede generar una tensión muscular significativa que afecta principalmente los músculos de la mandíbula y el cuello. – Imagen de Freepik.
Cuando esto ocurre, quienes lo experimentan describen esta tensión como rigidez en la nuca y una sensación de tirantez en la zona facial y oral, acompañadas de diversos dolores, lo que generalmente desencadena ansiedad y depresión.
¿Cuál es la conexión entre el estrés emocional y las estructuras del oído?
El oído y sus estructuras anatómicas están interrelacionados con el sistema masticatorio de varias maneras: debido a su proximidad, músculos compartidos y vías neurológicas.
En un oído medio normal, existen estructuras óseas que conectan el oído externo e interno, unidas por músculos, articulaciones, ligamentos y la membrana timpánica. Estas estructuras son responsables de transmitir las vibraciones sonoras desde el exterior hasta el oído interno, donde se procesan como sonidos.
La tensión emocional que activa los músculos de la mandíbula puede tener efectos en el oído, manifestándose sintomáticamente como ruidos subjetivos (tinnitus), sensación de oídos tapados y, en algunos casos, dolor en el oído.
Así, cuando hay hiperactividad muscular en la mandíbula, apretamiento dental o bruxismo nocturno debido al aumento del estrés emocional, los músculos del oído también se tensionan, llegando incluso a estados de espasmo y disfunción en las estructuras conectadas a estos músculos en el oído. Los pacientes pueden experimentar síntomas como oídos tapados, disminución subjetiva de la audición e impresiones vertiginosas.
Estos síntomas pertenecen al oído interno y se ven afectados por la tensión muscular y la presión anormal en el oído.
Hay varios aspectos que evidencian la conexión entre el estrés emocional, los síntomas en el oído y la mayor tensión muscular en la cabeza, cuello y espalda que conecta el sistema masticatorio y el oído.
Factores de riesgo: estrés emocional, rabia, miedo, ira, ansiedad, depresión, así como hábitos como morder objetos, apretar los dientes (bruxismo),
Microtraumas: como masticar en exceso chicles, turrones, caramelos, carne, pulpas de frutas duras o secas.
Macrotraumas: incluyen accidentes de auto, golpes en la cabeza y cuello, y deportes de contacto.
Tratamientos odontológicos que requieran mantener la boca abierta durante períodos prolongados también pueden contribuir.
La ortodoncia y la ortopedia maxilar pueden cambiar la posición de los dientes, provocando movimientos de reacomodación en toda la estructura.
Como respuesta, el sistema masticatorio trata de protegerse del dolor y la inestabilidad de la mordida con mayor actividad muscular constante, lo que puede resultar en síntomas musculares, dolores de cabeza y cuello, e incluso daños articulares.
Tenga en cuenta:
Los estudios demuestran una actividad muscular masticatoria excesiva durante el sueño, lo que explica la sensación de apretamiento o entumecimiento facial al despertar.
➢ Puede evitar apretar los dientes durante el día, pero no durante la noche.
➢ La fatiga de los músculos masticatorios puede causar síntomas como tinnitus, vértigo, sensación de oído tapado, disminución de la audición subjetiva y dolores de oído y cabeza.
➢ Existen dispositivos mecánicos, diferentes a las placas (miorrelajantes), con efectos duraderos y efectivos para reducir la actividad muscular no funcional del sistema masticatorio, protegiendo los dientes del apretamiento dental y bruxismo sin necesidad de medicamentos que regulen la tensión muscular.
➢ La termoterapia y la biopuntura con medicamentos alternativos son opciones excelentes dentro del enfoque integral o holístico de esta afección a menudo subestimada y mal tratada.
➢ Un cambio de actitud hacia los factores desencadenantes del estrés permitirá un tratamiento más efectivo, siendo el mejor tratamiento aquel menos invasivo que ofrezca resultados sostenidos.