El 72% de los jóvenes enfrentan una disminución en su capacidad auditiva después de asistir a conciertos, según revela un estudio reciente. A pesar de las recomendaciones de utilizar tapones para los oídos, muy pocos adolescentes optaron por seguir este consejo preventivo. – Imagen de rawpixel.com
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La investigación evaluó la audición de los participantes antes y después de su asistencia a un concierto, revelando que un considerable 53,6% de los jóvenes admitió una disminución en su capacidad auditiva después del evento. Además, un 25% informó la aparición de tinnitus o pitidos en los oídos, síntoma que no experimentaban antes de la experiencia musical.
Estos resultados resaltan la importancia de concientizar a los adolescentes sobre la necesidad de proteger su salud auditiva, incluso en eventos recreativos como conciertos, mediante el uso de medidas preventivas como tapones para los oídos.
Se proporcionaron entradas gratuitas a 29 adolescentes para asistir a un concierto de rock como parte de este estudio. Con el objetivo de garantizar que todos estuvieran expuestos a niveles de sonido comparables, se ubicaron en filas cercanas, específicamente entre las filas 15 y 18, justo frente al escenario.
Previo al evento, se les instruyó sobre la importancia de utilizar protectores auditivos y se les ofrecieron tapones para los oídos, alentándolos activamente a que los emplearan. Sin embargo, a pesar de estas recomendaciones, solo tres jóvenes optaron por usarlos.
Durante las tres horas del concierto, se realizaron 1.645 mediciones de presión de sonido con un calibrador, abarcando las 26 canciones interpretadas. Los resultados revelaron niveles de intensidad sonora que variaron entre 82 y 110 decibelios (dBA), con un promedio general de 98,5 dBA. Cabe destacar que el nivel sonoro superó los 100 dBA en 10 de las 26 canciones, señalando una exposición significativa a niveles elevados de sonido.
La intensidad de los decibelios experimentada durante el concierto superó los límites permitidos en entornos laborales, según las normativas de la Agencia norteamericana de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA). Un tercio de los adolescentes participantes en el estudio manifestaron alteraciones temporales en su umbral auditivo, una situación que sería considerada inaceptable en un contexto laboral regulado por la OSHA.
Posterior al concierto, se reveló que la mayoría de los participantes en el estudio experimentaron una reducción significativa en las emisiones otoacústicas por distorsión de producto. Estas pruebas evalúan la función de las pequeñas células ciliadas externas en el oído interno, las cuales son cruciales para el proceso auditivo.
Cuando se enfrentan a niveles elevados de música, estas células ciliadas externas tienden a deteriorarse en su capacidad funcional, aunque por lo general, suelen recuperarse con el tiempo. Sin embargo, es conocido que la exposición continua a ruidos fuertes puede ocasionar un daño permanente en estas diminutas células, lo que subraya la importancia de la protección auditiva, especialmente en eventos con niveles de sonido tan elevados como los registrados en este concierto.
Es crucial que los adolescentes comprendan que una sola exposición a niveles elevados de ruido, ya sea en un concierto o a través de dispositivos de música personales, puede desencadenar pérdida auditiva», advierte M. Jennifer Derebery, la investigadora principal del estudio y doctora en el House Clinic.
Derebery señala que con exposiciones recurrentes a sonidos que superan los 85 decibelios, las pequeñas células ciliadas pueden dejar de funcionar, dando lugar a una pérdida de audición irreversible. A pesar de que se proporcionaron protectores auditivos a todos los participantes y se fomentó su uso, solo 3 de los 29 adolescentes optaron por utilizarlos.
«Debemos reconocer que este patrón de comportamiento auditivo es común en la mayoría de los adolescentes. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad reducir la intensidad del sonido a niveles más seguros», concluye Derebery. La concienciación sobre la importancia de la protección auditiva y la adopción de prácticas auditivas más seguras son esenciales para preservar la salud auditiva a largo plazo.
Los investigadores enfatizan la importancia de que los adolescentes y jóvenes adopten un papel activo en la preservación de su audición, proponiendo el uso de diversas aplicaciones de medición de sonido disponibles en los teléfonos inteligentes.
Estas aplicaciones de medición de sonido permitirán a los usuarios obtener una estimación aproximada de los niveles de ruido a los que están expuestos, facultándolos para tomar medidas preventivas, como el uso de tapones para los oídos durante un concierto.
Además, la doctora Derebery y los coautores del estudio expresan la esperanza de que los organizadores de conciertos y los propios músicos tomen iniciativas para reducir los niveles de sonido. También alientan a los jóvenes que asisten a conciertos a hacer uso de protecciones auditivas como una medida fundamental para preservar su salud auditiva a largo plazo.
La pérdida de audición experimentada después de asistir a un concierto de pop o rock generalmente no suele ser permanente. Este fenómeno, conocido como cambio temporal del umbral auditivo, tiende a desaparecer en un periodo de 16 a 48 horas, tras el cual la capacidad auditiva de la persona regresa a su nivel anterior.
No obstante, es importante destacar que la exposición continua a música alta y ruido intenso también puede llevar a una pérdida de audición permanente. El estudio fue respaldado por el proyecto nacional de prevención de la pérdida auditiva en adolescentes del Instituto de Investigaciones House Research Institute y fue publicado en la revista Otology & Neurotology. Estos hallazgos subrayan la necesidad de concienciar sobre la importancia de proteger la audición, especialmente entre la población joven que asiste a eventos musicales con niveles sonoros elevados.
Vía: hear-it.org, fuente: newswise.com