Usted puede estar familiarizado con la experiencia de una sensación de zumbido en los oídos después de una noche disfrutando de una buena música, pero tal vez nunca le dio importancia a ese sonido que normalmente desaparece por sí sola.
Pero si usted despierta por la mañana y todavía el zumbido en los oídos sigue ahi?. Este es el tinnitus que afecta al 10 a 15% de la población en todo el mundo y actualmente no hay terapias de fármacos disponibles en el mercado.
El trabajo de Martine Hamann, profesor asociado en Neurociencias de la Universidad de Leicester se centra en llenar los vacíos de conocimientos actuales, y el Dr. Thomas Tagoe, uno de sus antiguos estudiantes de doctorado, financiado por Action on hearing loss, hizo algunos descubrimientos interesantes que fueron publicados recientemente en la revista Journal of Experimental Neurology.
El descubrimiento no es una píldora mágica contra el tinnitus, pero revela algunos de los mecanismos que subyacen a su desarrollo y ofrece vías para un posible tratamiento.
Sonidos fantasma
La generación y transmisión de señales en el cerebro están sujetos a cambios constantes. En particular, las señales se pueden aumentar o ser sintonizados en un proceso conocido como “plasticidad”. Cuando se realzan las señales, que se conoce como “potenciación a largo plazo”, un proceso que es fundamental en nuestra capacidad de aprender y almacenar recuerdos.
Sabiendo que el tinnitus es un sonido fantasma que no existe en el mundo exterior, pero se percibe, sugiere que en algún lugar en el cerebro hay células que generan una señal falsa en respuesta a un sonido que no existe. Los estudios muestran que las señales auditivas se transmiten de la cóclea, en el oído interno, a una estructura de cerebro llamada núcleo coclear dorsal.
Así que en la búsqueda para averiguar cómo se produce el tinnitus y el motivo por el cual no pueda desaparecer, aquí es donde empezaron: en el núcleo dorsal coclear.
Las células en el núcleo coclear dorsal son capaces de potenciar sus señales. Basado en los resultados anteriores que Thomas había obtenido en el laboratorio, tenían buenas razones para creer que esta habilidad podría verse comprometida después de múltiples exposiciones a sonidos fuertes. De ser cierto, esto sería una fuerte evidencia que implica al núcleo coclear dorsal como el generador de señales falsas, por lo que es un objetivo para la intervención terapéutica.
Para probar esto, se diseñó un programa de investigación que induciría el tinnitus en un modelo animal. Esto implicó la creación de una experiencia de múltiples exposiciones a sonido fuerte, la comprobación de las limitaciones en la capacidad de aumento de la señal y, finalmente, la evaluación si esto es fundamental en la generación de la falsa señal auditiva llamada tinnitus.
Las sospechas eran correctas: la exposición a sonidos demasiado fuertes impidió que el núcleo coclear dorsal impulse sus señales entrantes. Lo que es aún más interesante es que la exposición acústica de alto volumen subió los diales, satura la transmisión de la señal y no dejaba más espacio para aumentar la señal aún más. La exposición a sonidos fuertes, por lo tanto altera la plasticidad del cerebro, dejando el núcleo coclear dorsal en una situación comprometida.
¿Qué desencadena el tinnitus?
En primer lugar, existe una exposición a sonidos demasiado fuertes, ya sea instantáneamente, de una explosión o de múltiples experiencias a lo largo de un período de tiempo. Esto induce un período temporal de pérdida de la audición o una experiencia “difícil de oír”, donde el mundo entero parece haber disminuido su volumen. Durante este período, las células del núcleo coclear dorsal tratan de compensar este bajo volumen circundante aumentando su señal.
Esta intervención se realiza correctamente, pero en el momento en que la pérdida temporal de la audición desaparece, el alza de la señal se ha almacenado como una “memoria” en el núcleo coclear dorsal, una memoria que no se olvida fácilmente. Las consecuencias de este escenario es el tinnitus, una generación de señales falsas que se percibe en ausencia de un estímulo externo.
En resumen, se demostró que el tinnitus es un estado de doloroso aprendizaje continuo. Se demostró que el tinnitus se establece en una frecuencia de sonido específico, después de la experiencia de la exposición a un ruido fuerte. Mejor aún, demostraron que una dieta rica en magnesio puede evitar que el núcleo coclear dorsal gire los diales todo el camino hacia arriba y el bloqueo de este en su lugar como una memoria. Con esta intervención, han sido capaces de evitar la percepción del tinnitus posterior.
“El siguiente paso es identificar los fármacos que pueden prevenir el desarrollo de tinnitus y también revertirla. Ahora tenemos un buen punto de partida y estamos buscando fármacos que pueden elevar la concentración de magnesio en el cerebro o imitar su acción. Sin embargo, hasta que este trabajo esté completo, tendremos que confiar en las salvaguardias probadas: limitar la exposición al ruido o usar protección para los oídos“, expresaron los investigadores.
Vía: reliawire.com